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EL DEDO EN LA LLAGA: De Jamaica a África, Las nuevas reinas del baile mandan por CARLOS MONTY

Enviado por el 24 diciembre, 2015 – 19:00One Comment

12415729_976855165712495_1512607624_oCon las cenizas de J. Capri todavía calientes y los ojos todavía llorosos de su sentido funeral este pasado 14 de Diciembre, y la polémica viva sobre su muerte en el hospital a causa de una infección pulmonar y no del accidente de coche que le llevó al coma, y que apunta a una negligencia médica; el siempre bronco y competido mundo del Dancehall se enfrenta estas Navidades a su cita más internacional en el “Sting Festival” con el cartel más flojo que se recuerda, ataques frontales de personalidades reconocidas como Bounty Killer y sobre todo huérfano de verdaderas estrellas femeninas, que aunque en una escena netamente masculina como ésta, había ido ganando protagonismo estos últimos años, aunque fuera con más ruido que nueces.

FOTO J CAPRI PORTADA

 

Y es que ahora que Lady Saw, indiscutible Wife orgullosa de Jamaica, se ha hecho pastora baptista y sierva del Señor (Word!), no va a ser fácil encontrar quien reemplace a la talentosa J. Capri, ni quien alcance 30 millones de visitas en un vídeo como el de Wine & Kotch.

 

Sin embargo, mientras Jamaica se retuerce en busca de aspirantes femeninas al cetro vacante, en Africa todo el mundo se ha vuelto loco con el dancehall y con clonaje importado o con aportaciones de propios ritmos y estilos, de dos años a esta parte han venido creciendo verdaderas Divas que nada tienen que envidiar a las jamaicanas ni en estilo, ni en talento ni en personalidad, provocando una inercia de ida y vuelta que dará mucho que hablar internacionalmente en 2016. De hecho, ya está pasando.

 

Pero entrar en la escena dancehall por el lado femenino, tiene tantos atractivos como peligros. Son la clase de retos que me gustan, jefe. Gatas guapas que arañan, y mi botella de Appleton. Qué más puede necesitar un hombre para ser feliz, je!. Claro que para disfrutar de los bellezones, hay que pasar primero todo un séquito de estilistas, peluqueras, maquilladoras, ayudantes personales, además de agentes, seguratas, promotores y productores. Porque a diferencia de otras épocas, las divas del dancehall son sobre todo ídolos pop, o lo pretenden, y por tanto la imagen, el vestuario, el peinado, el chismoseo para los/las fans, y por supuesto las fotogalerías y los vídeos, son mucho más importantes que el talento vocal, la calidad musical de las canciones o de actuaciones, la originalidad, porque hoy la popularidad se mide en millones de visitas en YouTube y el número de menciones en Twitter e Instagram, y no en ambición artística como tal. Importa el producto más que la artista, sobre todo porque la mayoría de ellas ni siquiera escriben sus canciones. Así que diferenciar la paja del grano detrás de la peluca es siempre confuso, sobre todo si la escena está siempre encaminada a competir en el mercado internacional donde la Santísima Trinidad del Pop Negro femenino, Beyoncé, Rihanna y Nicki Minaj, mandan con todas las ventajas que dan los dólares de Hollywood y New York.

 

Dónde diferenciar queenies de bitches, dumb bimbos de verdaderas lionesses, es tan arduo como medir la longitud de las uñas postizas, o distinguir entre tetas naturales y falsas, cuando además el sexo/amor es el único motor sobre el que se canta, donde te juegas la aceptación popular a que en cada aparición pública tu look destaque sobre las demás, mucho más que si cantaste o improvisaste mejor o peor. Es la pesada carga de jugar con el rol de muñeca. Así que hacer un repaso a esta escena femenina sin caer en la “negrofilia” imperante, en la que la piel negra se ha convertido en reclamo magnético de toda clase de marketing, y ya no digo cuando además sirve para cosificar su cuerpo, como ocurre de forma aún más pronunciada con las mujeres negras y curvas imposibles, me va a exigir más de lo esperado. Pero de Kingston al Africa anglosajona, alguien tiene que hacerlo. Así que, “negra, mueve tu puto culo gordo del sillón y tráeme otra botella, que esta ha muerto, bitch!”.

 

JAMAICAN QUEENS & BITCHES

 

Que el Dancehall jamaicano no vive mejores días es un secreto a voces. Ni masculino ni femenino. De un lado la obsesión que domina la Isla desde 2011 con Vybz Kartel, agudizada incluso más desde que está entre rejas, tapa cualquier otra aparición estelar, excepto y solo un poco a Alkaline; y de otro, esa turbia costumbre que empezó como anécdota ingeniosa y se ha convertido en virus infeccioso hasta pudrir cualquier intento de personalidad propia, de construir las carreras artísticas a base de disses, ha terminado por volver ansiosa y paranoica una escena que no levanta cabeza, aunque la atención internacional no disminuye, o incluso la magnifica.

 

 

Lady Saw

Lady Saw

Con Spice autoreducida al papel de “family visit” oficial mientras el Weirl Boss siga dentro, Lady Saw haciendo de Sister Act y J. Capri desaparecida, probablemente las pocas esperanzas de encontrar una Queen por derecho propio en Jamaica, se encuentren en Konfydence, dominadora de la dancehall night femenina del Sumfest de este año. Esta leona de Clarendon que se introdujo en la escena al quedar 3ª en el concurso dancehall Magnum Kings & Queens de 2013 y desde su jocoso single de debut “Some Bwoy a Bait”, parece marcar distancias tanto con las bitches en los vídeos y el estilo vocal, mucho más hecho y estructurado, como en las letras en las que guarda respeto a los clásicos de Bounty a Queen Ifrica a la que menciona a menudo, lo que hace pensar que por lo menos tiene las lecciones necesarias bien aprendidas. Este Sting puede ser su consagración como la nueva revelación del momento, si finalmente aparece porque a última hora parece haberse caído del cartel. El año pasado y de debutante, ya se rockeó a 20.000 asistentes.

 

A medio camino, se quedaría otra habitual en la retaguardia de los Stings, como Starface. Obviamente no tiene detrás tanta pasta en producción como la anterior, así que lo tiene crudo para destacar, pero por lo menos va por su camino y no construye su senda zorreando y soltando chismes para que la saquen en la prensa de cotilleos locales, como otras. A razón de un single mensual su “Tek a Gyal Man” de Octubre ha tenido una apreciable repercusión, aunque sea enteramente autotune, y eso que ya no tiene ni pasta para pagarse vídeos oficiales. Pero llegó presumiendo de Gucci en 2012 con aquel “Love John” y desde entonces ha ido para abajo. Lo mismo que le pasa a Gaza Slim, que depende de que le llame Kranium, I-Octane o algún otro para hacer un dueto, para conseguir algo de ruido.

 

Pero la muestra de que cómo anda de enrarecido el ambiente, es el furgón de cola de las bitches. Los cotilleos constantes entre Ishawna y Stylish han sido lo más sonado en la Isla desde 2014. Como Vanessa Bling (aka Gaza Slim), si les quitaras el colchón sonoro no serían más que cantantes pop, y malas. Así que si el reconocimiento no viene por la música, tiene que venir por el papel couché. Y éstas son expertas en prensa rosa.

 

 

Desde que estas dos sacaron juntas el verano de 2014 “Secret Lover” insinuando una cierta relación lésbica entre ambas, no han parado de dar que hablar por chismes sexuales. Primero, Ishawna montando un escándalo sobre los supuestos malos tratos de su novio oficial Foota Hype, a quien acusaba en público de haberla pegado delante de su hijo y que le sirvió para lanzar de forma morbosa su single “Restraining Order”. Luego poniéndole los cuernos con el productor y Dj Scatta Burrel, lo que provocó meses de disses entre unos y otros de los que seguir viviendo. Y además pillada (seguro que en un “falso robado”) en fotos comprometedoras con el capo de Downsound Records y del Sting, el judío californiano blanco Joe Bogdanovich, mientras éste estaba de luto por la reciente muerte de su mujer, Toya.  Bodganovich es una institución en la escena dancehall y reggae en Jamaica, además de tener en su división de management a Ninjaman, Specialist, Fantan Mojah, Jr. Kelly y otros muchos. Así que ya sabemos porque este año primero la anunció en el Sting, y luego también se ha caído del cartel. Y por si faltaba alguien en este especial de Salsa Rosa, Stylish muerta de envidia, contando en los medios que Scatta le había pedido hacer un trío con Ishawna, se supone que para comprobar en persona si lo de “Secret Lover-Skin to Skin” iba en serio. Buff!. Me estoy poniendo malo. Nando, vámonos a un Go-Go Club de New Kingston, pero ya!

 

Para cerrar, otra fija del Sting desde 2012, pero solo para montar broncas. Sashae tiene como mayor mérito haberse peleado por medio de disses y en los escenarios con Spice, Cecile, Tifa, con todas. Pero kilos no se corresponden ni con su talento, ni con su minúsculo reconocimiento. El público espera otra cosa: si vas de sexy doll, sé sexy y provocativa, pero cuando haya que sacar las guts de una ghetto gyal se sacan, pero con cierta elegancia y con cierta dignidad. Si además tienes mensaje, te sales. Es la diferencia entre una diva y una bitch. Que el público juzgue.

 

DANCEHALL QUEENS BACK TO AFRICA

 

Sorpresa!. Si te creías que solo podías encontrar dancehall de nivel en Jamaica, o como mucho en Londres u otras colonias jamaicanas por América y Europa, estabas equivocado. Africa manda ahora mismo. Y cada vez con más fuerza. Ya no es solo el popular “Naija” nigeriano que se produce entre Londres y Lagos, ese que mezcla que el afrobeat con el dancehall y que ya peta en sounds y discos de toda Europa. El Tsunami dancehall arrasa el continente negro de Rabat a Johannesburgo.

 

Como las divas y las wannabees jamaicanas, tienen detrás séquitos parecidos, carreras-producto a imagen y semejanza del triunvirato mundial del pop negro femenino, sufren el machismo y la homofobia habitual de la escena, cuando no se añaden las limitaciones religiosas misóginas de los países musulmanes. Incluso también proliferan los disses entre ellas, aunque en general no se construyen carreras sobre ello más que para consumo local, porque el objetivo es el mercado internacional. Por eso, a diferencia de Jamaica, es habitual que las artistas hagan un crossover donde las líneas entre dancehall, hip-hop, soul y pop bailable son muy difusas. Al final son productos para hacer bailar y llamar la atención. Si te confunden cuando las busques, no te rindas, aunque prueben en todos los mercados, la mayoría de nuestras reinas esta noche tienen variedad de dancehall para rockear cualquier party o sound.

 

De hecho, puedes encontrar su música no solo en Youtube, sino hasta en Spotify y el resto de plataformas globales, porque a diferencia de las jamaicanas de las nuevas generaciones, todavía hacen álbumes enteros!!. Y es que aunque todas quieran ser Beyoncé, en el Continente Negro se descubren los más grandes diamantes, muchos por pulir, y otros ya pulidos. Y resulta que ya hay productores, dinero y empeño para poner el acento en el Dancehall jamaicano, con las peculiaridades sonoras y culturales propias de cada país. Y por primera vez en esta década, cadenas de TV continentales como TV Africa, con sedes en las principales escenas locales de Ghana a Uganda, al menos en el Africa angloparlante, que se han convertido en una especie de MTV básica a la hora de divulgar mundialmente artistas. Y revistas digitales y emisoras, y Galas de Premios…Hay una escena africana real, de la que por fin nos estamos enterando. No todos son negritos y moscas, ¿qué te creías?.

 

Aunque el Dancehall en el Africa francoparlante también existe, parece que por razones idiomáticas y culturales su difusión global va más lenta, así que me detendré sólo en las divas de las 3 escenas del Africa anglosajona más pujantes en este momento, Sudáfrica aparte, que además de su gigantismo está tradicionalmente más orientada al hip-hop. Buen viaje, starliners!

 

GHANA

 

La primera parada es Accra. Muchos jamaicanos son descendientes directos de los ghaneses, así que la relación histórica es evidente. Desde que empezó la década Ghana es un hervidero cultural con cada vez más proyección internacional. Tiene una enorme escena masculina tanto en dancehall como en hip-hop, con artistas que son verdaderas stars en Africa Occidental como Shatta Wale, Stone Bwoy, Sarkodie y muchos otros. Además ritmos nacionales como el Azonto arrasan las discos de París a Roma o Londres. Puede hablarse de un verdadero “stardom” que es lo que cualifica una escena para competir internacionalmente. Y en la división femenina de ese estatus privilegiado, hay verdaderos diamantes, que pueden competir directamente con las jamaicanas en cuanto alguien las lleve a pisar Kingston. ¿Exagero?.Demarco y otros linces ya les han echado el ojo.

 

Mz Vee 1

 

Las 2 más veteranas divas son Eazzy y Kaakie, ambas en la escena desde 2010 aproximadamente. La primera tiene ya dos álbumes en la calle “Bo Wonsen Ma Me” (con más hip-hop y tecno) y el más reciente “Against All Odds” y es más ecléctica con el uso de la electrónica y los estilos, pero incorpora pinceladas de ritmos tradicionales africanos que le dan un sabor especial. Incluso se atreve a parodiar el célebre film musical del duo local de hip-hop Fokn Bois, “Coz ov Moni” en su clip “Bad 2 Da Bone”. Búscalo. “It’s Eazzy, baby”. En 2012 le rockeó la Puppy Tail a Demarco cuando visitó Ghana. Búscalo también, no te lo voy a hacer yo todo.

 

Por el contrario, Kaakie es la menos estilizada, lo que juega en su contra en el mercado internacional, pero en cambio es muy querida en su país, y desde su primer álbum “Designer Bumper” en 2011 seguido de “Zuuchia” al año siguiente, se ha mantenido siempre fiel al estilo dancehall en producciones. Esta enfermera vocacional cuenta sus apariciones desde entonces por misilazos dancehall para la pista, con letras maduras y temas bien construidos. Prueba con sus recientes “Give it to me” y “Million Dollar”, anticipo de su esperadísimo tercer álbum a punto de caer.

 

Los fans y la prensa la han tratado de enfrentar sin conseguirlo con su téorica archirrival, aunque ninguna de las dos ha entrado al trapo, incluso este año se atrevieron con un clash directo sobre el “Missile Riddim”. Estoy hablando claro, de mi ángel, de mi superfavorita, , la Lauryn Hill africana, que no tiene reparos en cantar también pop, hip-hop e incluso góspel, pero sobre todo Dancehall, desde que en 2013 se atreviera a versionear el “Summertime” del Weirl Boss. Desde que la ha descubierto, no busquéis más a Nando García Guereta. Está en un hospital para enfermos terminales.

 

 

Lo de la Sta. Vee es un caso puro de estrella bendecida para el éxito. Elegante, de voz bien dotada y entusiasmo juvenil que recuerda en femenino al primer Romain Virgo, todo lo que toca lo convierte en oro en solo dos años de carrera, desde que debutó con el tremendo “Borkor Borkor” anticipo de su impactante primer Lp “Re-Vee-Lation” en 2014 producido por el influyente Richie Mensah. Un disco hit by hit del primer tema al último y así hasta su vigente y segundo álbum “Verified” algo más mainstream. Desde entonces lo ha ganado todo en Ghana donde es una diosa en los medios y en la calle, la potente escena nigeriana masculina (ya no digo la local) se pelea por hacer duetos con ella, y hasta los Bet Awards y la MTV la tienen nominada a Mejor Artista Internacional Novel de este año. Encima tiene letras con compromiso social criticando la indefensión y la falta de independencia femenina (apoya a otras cantantes como la diva soul local Efya) y aparece apoyando causas como el fin de la pobreza. Yo no digo nada más. No soy imparcial.

 

 

 

Claro que tanto estrellato meteórico ha puesto celosas a otras rivales menos maduras que Kaakie. En Accra también hay trolls. Ahora que el dancehall rula, otras artistas más erráticas se apuntan más decididamente a un carro con el que solo habían tonteado como Wiyaala,que vacila de que el resto de divas la teme, que la gente la trata por la calle como la mujer del intocable Shatta Wale y se pone explicit en “Rock my Body” para probar que es la más hardcore; o la autoproclamada “Di Emprez” AK Songstress quien acusa al resto de no ser serias y estar más pendientes de ganar títulos en competiciones que en mostrar como es su trabajo en realidad, aunque esta originaria de la región de Ashanti sí tiene una carrera centrada en el dancehall y se atreve incluso con reggae en “Dopy Conqueror” o en “Rude Gyal Bad Gyal”, y hasta ha conseguido colaborar con Sizzla Kalonji en “Ghetto Cry”. Este año ha ganado popularidad comercial con “Holiday” y desde que en 2014 ganara los “Bass Awards” por encima del resto de competidores masculinos, su nombre suena tanto en Nigeria como Sudáfrica. Su único álbum hasta la fecha es “Offi  E33H”. Un peso pesado en la escena africana del reggae dancehall femenino.

 

NIGERIA

 

La otra gran potencia del Africa Occidental angloparlante, lleva décadas siendo un continente musical por sí misma desde el afrobeat y el high life de Fela Kuti y King Sunny Adé. Por eso no es de extrañar la continua conexión entre las dos escenas. Pero además en esta segunda década del siglo la industria del espectáculo ha trascendido fronteras gracias al vigor de su “Nollywood” (que ya supera en producciones a Hollywood y Bollywood juntas), la inagotable cantera de sus cómicos y soap operas televisivas, y desde luego de su inacabable escena musical masculina, sobre todo ahora que el “Naija” ha establecido una conexión estable de producción entre Lagos y Londres, de forma que la escena se ha hecho internacional y grupos como P-Square o solistas como Pato Ranking, Olamide, Whizkid o Davido son estrellas no solo continentales sino internacionales por derecho propio en el mercado dance. Así que con tanta inmensidad, la división femenina no podía ser menos.

 

Yemi Alade 2

 

Entre el millón de féminas sobre todo más cercanas al hip-hop, la selección del momento entre las divas afro-pop del momento tiene que comenzar por Yemi Alade, que mezcla como nadie en el micro reggae, dancehall y naija. Aunque empezó en 2012, es a finales de 2013 cuando edita el single “Johnny”, una jocosa parodia sobre un don Juan de medio pelo arrinconado por todas sus amantes y prometidas esposas despechadas, que su estrellato se dispara por toda Africa, coincidiendo con la salida de su único álbum en 2014 “King of Queens” (básicamente naija y afropop) y el single “Tangerine”. Además participa activamente en proyectos de la Unesco por la alfabetización infantil y se codea con diosas mundiales como Mary J. Blige en los escenarios. A diferencia de las reinas ghanesas, lo que hace se escapa del dancehall ortodoxo, pero resulta refrescante y original, y cuando se pone en faena, se pone. Que le pregunten a Shabba Ranks, a quien canta expresamente, como Mr. Lover Man.

 

Yemi aprovecha además para proyectar la imagen pública de una celebridad de las Dhq locales, una diva de las coreos como Ezinne Asinugo y su grupo de baile CEO Dancers, lo que prueba que no se trata solo de productos de marketing, sino que hay una escena local propia en el género. “Zinny” ganó mucha popularidad tras crear la coreo y aparecer en el vídeo de “Bundelele” de Awilo Longomba, uno de los ritmos más bailados en todo el Continente negro en 2014, a medio camino entre el zumba y la samba. Eso, haber quedado semifinalista con sus CEO Dancers en 2013 en el concurso “Britain’s got Talent”, y currar sin parar en los vídeos de toda clase de divos y divas, de Lil’ Kim a la local Tiwa Savage, ha hecho de su impactante imagen, un claro ejemplo de “negrofilia” mundial. Ella es el dancehall africano.

 

La prueba está en sus lecciones de coreo en el infeccioso hit dancehall “Chukwuma” de su paisana Yung Grey C, otra gran promesa de la escena nigeriana. Tomen nota todas mis dancers españolas. Aunque de momento solo saca singles como “Holla @ me” o colaborar como partenaire en los discos de otros en todo tipo de estilos, si su management no la dispersa, habrá que seguirle la pista. Los ortodoxos se van a perder muchos diamantes si no son flexibles al mirar a Nigeria. Lo mismo que con Chidinma. Aunque “Miss Kedike” debutó con un álbum homónimo en 2012 de típico afropop nigeriano, las apariciones de su sofisticada voz desde entonces, se centran más en colaboraciones naija y de folklores varios con otros adanes locales.

 

 

Para cerrar el círculo, pura cepa dancehall con dos fashionistas puras. La mitad ghanesa, mitad nigeriana Miz Gold, es la favorita de la popular tele musical nigeriana Pulse TV y está considerada una de las divas urbanas más sexy del Continente. Su carrera desde 2013 se mantiene de momento, single a single, vídeo a vídeo. Prueba con “Athis Aparty”. Con una carrera más asentada desde que arrancara en 2009, la Dancehall Queen más respetada en Nigeria es Cynthia Morgan, aka “The Kingston Property”, lo que demuestra su compromiso ortodoxo con la escena jamaicana. Abandonada a los 20 por su padre en las calles de Benin City, una de las ciudades más peligrosas y exportadoras de prostitución del mundo, escribe sus propias canciones y tiene voz bastante para no abusar del autotune, aunque de momento también va single a single. Una superviviente de la calle. Pruébala en “Come and Do”, “German Juice” o su mayor éxito comercial “Lead Me On”. Protegida del clan P-Square, no en balde firmó un contrato multimillonario con su agencia de management “Northside Entertainment”. Sin duda la más fiable en repertorio. Praa!.

 

UGANDA

 

Sí has leído bien. La patria de Idi Amín Dadá y de la homofobia convertida en ley bajo amenaza de pena de muerte con el actual Presidente Museveni, ha iniciado desde 2006 un progresivo avance social que ha permitido los últimos años cierta “occidentalización” popular y musical. Situada entre R.D. Congo por la izquierda, Kenya por la derecha y Tanzania al sur, su ejemplo es el del tirón popular que tiene el dancehall para amasar el afropop incluso en el África Oriental, donde las influencias árabes e índicas son mayores que en la Costa Atlántica. Un sociólogo local explicaba no hace mucho que para los jóvenes talentos vengan de la potente influencia soukousso kizomba congoleña o del góspel y el shwahili tradicional, era más fácil despuntar su afro-pop a través de los clichés dancehall y su tirón popular de calle, sexo y provocación, que a través de otras propuestas musicales más exigentes en medios y formación. Eso es aplicable probablemente en todas las grandes urbes africanas, y por supuesto también en Kampala, la capital local. Una influencia que se está extendiendo incluso a la vecina y muy musulmana Tanzania. Sino echen un vistazo al vídeo “Chuna Buzi” de la de la deliciosa diva local, Shilole. “Mmm..shishi b-a-b-y”.

Siguiendo el modelo de asociarse con titanes masculinos con reconocimiento internacional, como Palasso (su mayor figura), esta escena ugandesa resulta la más exótica por su contradicción entre calle y lujo. Pero cuenta con talentos naturales que cada vez reclaman mayor atención,  gracias a la proliferación de TVs locales por internet (Hype, Big Eye) como de la poderosa TV Africa. Incluso los canales internacionales de novedades dancehall están empezando a incorporar sus vídeos.

 

Shebaah

Shebaah

 

 

El selecto recorrido de divas exóticas comienza con la reina Sheebah Karungi. Su bio es el ejemplo perfecto de la lucha entre “modernidad” occidentalizada y tradición. Fundadora del grupo femenino Obsessions, fue la primera en incorporar a sus espectáculos bailarinas semi desnudas y “baikoko” (twerk versión tradicional del Africa oriental), lo que allí se conoce como “Kimansulo”, y que provocó que fueran prohibidas en bares y pubs por el Mº de Cultura. Auténtica fashionista, ya en solitario sus clips se cuentan por acontecimientos visuales por lo imaginativo desde su primero campanazo “Ice Cream” en 2013, pasando por “Jordan” y “Twesana” en 2014 y “Silli Zari” en 2015. Aunque su repertorio tira más al afropop en la vocalización, también maneja la clave dancehall en el micro. Chequea “Tunywe” de este año, y dime si no te vale para  la party.

 

Otra fashionista local reconocida es Spice Diana. Busca “Tekinanta” sobre el -bam riddim y dime si no cuela. Mucho más centrada en dancehall desde que arrancó con el single “Onasanula” en 2014. Sí es un clon de las divas jamaicanas, pero se ha metido al público en el bolsillo con su juventud entusiasta y su manera natural de combinar el look deportivo adolescente con el de star inalcanzable.

 

En oposición, las otra dos divas locales más consagradas son  Sanyu y Anita Da Diva.La primera es la más representativa de una lista de féminas afro pop que incluye Irin, Julianna, Jackie Chandiru y otras que reorientaron su carrera hacia lo jamaicano desde que abandonara su grupo femenino original Blu3 y diera el paso en solitario en 2012. Su hit de este año con la estrella local Navio“Ndi Mukodo” o “Dat Dat” son ejemplos claros de esa evolución crossover hacia lo jamaicano que manda en Africa ahora mismo. Da Diva en cambio es la más hardcore y explícita de todas. Echa un vistazo a “Kaliba” del mes pasado y verás el color que el ritmo local digitalizado puede darle a un dancehall normalizado internacionalmente.

 

 

Sí. No todo es oro lo que reluce en el oropel africano. En Jamaica o en el Continente negro. Pero la onda se expande. Comercial o hardcore las fronteras cada vez se desvanecen más. Cuando se trata de bailar la Mama Africa manda. Lo ha hecho siempre y lo vuelve a hacer. No te lo pierdas.

 

CARLOS MONTY – DICIEMBRE 2015

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