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REAL DANCEHALL, Ward 21 y Little Pepe en sala Apolo (Barcelona) 05/02/2014

Enviado por el 26 febrero, 2014 – 11:07No Comment

140205_WARD21_PEPE_LB_5653_BNAl Little Pepe le ha ido que ni pintado deshacerse de las sombras alargadas de Morodo y Shabu, sin ellos el malagueño se ha liberado y ha creado su universo personal que, a falta de concretar un estilo bien definido, comienza a dar buenos frutos.

Sobre el escenario se mueve con soltura, utilizando trucos llegados del Hip-Hop, pero los hace suyos con un gracejo andaluz que ameniza y encandila. Un gracejo que se pierde cuando rima o canta, en el empeño, a mi entender equivocado, de querer asemejarse al habitual y manido estilo de los dj’s nacionales. Pepe debería utilizar su acento sin temor, con orgullo, y conseguiría una distinción estilística que le favorecería el estrellato. Los lugares comunes aburren y él posee cualidades para alejarse de la monotonía.

Se le notó cansado por la larga gira, tuvo problemas en la línea melódica, sobre todo en los tonos graves, pero se sobrepuso con agallas y fuerza cuando los ritmos “hiphoperos” tomaron protagonismo.

Saboreen Al Sur de la Luna, su último trabajo y encontrarán títulos tan sugerentes como La Música da Vida, con la que empezó el show, Mi Cama Te Llama o Me tiene Enamorao, temas que mezcló con Materia Clásica o La Calle está Candela, algunas de sus canciones bandera.

A Little Pepe le sobra tiempo para mejorar y lo hará, sus ganas y su generosidad le allanarán el camino.

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Los seguidores de esta columna de crítica de conciertos, habrán observado que a un servidor el mundo del Dancehall, en términos generales, no le apasiona, eso no quiere decir que uno no pueda rendirse ante la calidad, sea cual sea el estilo, y la de los jamaicanos es de alto nivel.

Desde la arrebatadora entrada con el Hit Mic Magician, piedra angular de su  nuevo trabajo Still Disturbed, dieron muestras de fuerza interpretativa y de una profesionalidad encomiable. Enlazando las voces de tenor, bajo y barítono con exactitud y brillantez consiguieron lo que en los últimos años parece utópico: un concierto de Dancehall puro, con esencia, rítmico e inmaculado. Sin trampa ni cartón. Quizás me equivoco, pero no veo a estilistas tipo Tommy Lee o Alkaline, utilizando ritmos como Ice Cream Love o Sinsemilla y si lo hicieran tampoco lo harían ni con la sapiencia ni la entonación de nuestros tres protagonistas jamaicanos.

Basaron la actuación en Still Disturbed, lanzando a la platea trallazos del tipo de Spot The J, War Start o Herbs Man, mezclándolos con éxitos pretéritos como Hasters, Judgement Day, Ganja Smoke y los binomios Bloodstain/Melody Of War y Gully Gun/We Got The Flavor, antes de cerrar nuevamente con Mig Magician.

Cuesta encontrar un concierto donde coincidan, en valoración, amantes de la Old School con seguidores de las propuestas más modernas. Ward 21, consiguieron que se estrecharan la mano con lo único que se necesita para hacerlo posible: aptitud, clase y excelencia. Lo que distingue a lo bueno de la patraña.

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Gracias a la amabilidad de y del selector-manager del grupo, Pionear de Germaica Digital, Reggae.es pudo conversar unos minutos con los jamaicanos al finalizar el concierto. Andre “Suku” Gray, Mark “MeanDog”, Henry y Kunley McCarthy, nos recibieron agotados pero satisfechos del trabajo hecho y el éxito conseguido.

Explicaron que se conocieron de “teenagers” en el estudio de King Jammy, a quien consideran el mejor catedrático posible dentro del mundo del Dancehall, profesándole admiración y respeto infinito. A pesar de no perder de vista los nuevos ritmos, tienen muy claro que el referente está en los 80 y de ahí partió la inspiración para componer el nuevo trabajo. Desean evolucionar  ese sonido seminal para ilustrar a los nuevos valores que ellos mismos producen, como DeeWun o Natalie Storm.

Su principal propósito a la hora de subir a un escenario es la de divertir al público, pero en las líricas quieren expresar todo aquello que aprecian al salir a la calle y demuestran especial inquietud por los problemas sociales y la inacabable violencia con la que sobrevive Jamaica.

Si les preguntas por su grupo jamaicano favorito, la respuesta es unánime: Ward 21, aunque también les interesan colaboradores como Sean Paul, Konshens y alaban a Bounty Killer, Bennie Man e incluso a cantantes melódicos como Sanchez, Wayne Wonder o Bushman.

Parece interesarles poco, o al menos no se mojan, cuando les cuestionas a Tommy Lee o Alkaline y tampoco quieren opinar sobre Sizzla y sus interminables problemas con la homofobia. Su discurso en estos casos está claro: Ellos afrontan su vida como les apetece, no tenemos nada que decir al respecto. Respuesta vacía pero entendible, entre colegas no deben haber rencillas.

Ward 21, un trío simpático, accesible y de ideas claras. Mirando al futuro sin renunciar al pasado. Buena gente. Excelentes artistas.

Texto: Barracuda

Fotos: Laia Buira (www.laiabuira.com), Flikr

 

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