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This Town Was Too Hot. Crónica Prince Buster Memorial, 23/12 Sala Upload, Barcelona

Enviado por el 28 diciembre, 2016 – 16:00One Comment

Lo más granado de la escena jamaicana catalana, de ayer, de hoy y de siempre, se dio cita en las horas previas al inicio de las fiestas navideñas para rendir tributo al uno de los gigantes del ska: Cecil Bustamante Campbell, más conocido como .

Renombrado, tras su conversión al islam, como Yussif Muhammad Alí, Prince Buster fue lo más parecido a un camaleón de la música jamaicana. En inicios, y debido a su pasado como boxeador aficionado (de ahí le vino el apodo ‘Prince’), trabajó para salvaguardar las espaldas de Clement ‘Coxsone’ Dodd . Finalmente acabó regentando su propia soundsystem callejera ‘The Voice Of The People’ –que también fue un sello-y compitiendo por la hegemonía musical de finales de los 50 en las calles de Kingston con figuras de renombre como Duke Reid o el mismo Coxsone.  Compositor, productor (imprescindible destacar Oh Carolina, 1961) y cantante, Muhammad pasó definitivamente a ocupar –el pasado 8 de septiembre y de pleno derecho- un lugar en el panteón de honor donde descansan las grandes figuras de la cultura musical jamaicana. El autor de temas tan legendarios como Enjoy Yourself, One Step Beyond o Madness falleció, en Miami (Florida, USA), a consecuencia de una enfermedad vascular.

El warm up (igual que el intermedio y el epílogo) corrió a cargo de la sound M&M y los veteranos Dance Crasher Sound. Uno de miembros, Manel Tarascó, volvió a ejercer de speaker y dio paso a los músicos.

La veterana banda originaria de Mataró, The Cabrians -quince años en activo-, ofició la ceremonia en la que, además de interpretar propias covers de Buster, acompañaron instrumentalmente (aunque no únicamente) a los solistas invitados que fueron subiendo uno tras otro hasta superar la docena. Nombres que no pueden faltar en un recopilatorio que pretenda representar la historia de la música jamaicana en Catalunya. Todos iguales, ante el mismo par de micros. Aunque, cosas de la demografía, unos ya puedan ser considerados leyendas vivientes como (Pele), (Luismi y Sheriff) y Skatalà (Pitu y Quique) que –en este preciso orden- cerraron el concierto. Sin embargo, no deben ser subestimadas las aportaciones líricas de los miembros de The Sybarites, The Penguins, Soweto; así como los cameos en solitario de dos Cabrians como Jaume Cuadrada (Mr Freak Ska) o el teclista  Xevi ‘Gos The Boss’ que interpretaron Hard Man Fe Dead y Balhead Pum Pum respetivamente. En total, 34 cortes. El show fue tan largo que incluso hubo un interludio, como en las sesiones de cine antiguas. Dance Cleopatra sonó antes del descanso y el público se deshizo coreando el conocido estribillo instrumental. Hasta la rumba de Los Manolos se coló de mano de los Cabrians para ofrecer al respetable All My Loving en clave rocksteady.

La velada no escatimó en versiones del gran artista jamaicano –todos los invitados interpretaron dos como mínimo, la invitada solo una- y, a medida que avanzaba la noche, fueron cayendo temas tan conocidos como Texas Hold Up (The Cabrians), Wine & Grine (The Sybarites), Rough Rider (Iván Díaz, The Thorpedians) o 30 Pieces Of Silver (The Penguins). Obviamente, no faltó Enjoy Yourself (versionada por los vocalistas de Skatalà) que también sirvió de bis final esta vez con todos los artistas encima del escenario. La sala Upload (Poble Espanyol) registró un lleno absoluto, tanto que hubo quien no pudo conseguir su entrada. Por suerte para ellos, y  para los que deseen revivir el momento, el memorial se reeditará la noche del próximo 6 de enero en el mismo emplazamiento barcelonés.

Llegados a este punto, me atreveré a introducir tres consideraciones relevantes por orden inverso de importancia. La primera. El respeto debido y el reconocimiento necesario a la experiencia y la veteranía de quien fueron pioneros de la música jamaicana en Catalunya obligaban a que Calypso y Skatalà cerraran la actuación. Pero no estoy seguro de que fuera la mejor decisión desde el punto de vista artístico-musical. De hecho, hasta el mismo Enric Gallart (Quique, Skatalà) bromeó en este sentido sobre el escenario. Los años no pasan en balde para nadie, ser consciente es importante. Un concierto homenaje tiene estas cosas y hay que aceptarlas.

La segunda. Los más veteranos de segunda generación acogimos con alegría (y nostalgia) el fugaz regreso al escenario de Hector García (Lord Kaya) cantante de las bandas Lord Kaya & The Kukumakastics y Lord Kaya & The Kinky Co Coo’s. Sería injusto exigir más, que recuperar la valentía de presentarse ante cientos de personas, a quien lleva años alejado del mundo de la música. Dicho esto, curiosidades de la vida, el homenaje a Buster hizo que dos antiguos compañeros de formación (extinta) se reencontraran sobre el escenario. El mismo Lord Kaya y el guitarra solista Javi García (The Oldians) que colaboró con The Cabrians durante toda la velada. A mi juicio, el que también fue guitarra de Flight 404 destacó especialmente en la (enésima) revisión rocksteady de Too Hot. La del 23 fue, sin duda, una noche de reencuentros. En la pista de baile y en el escenario. Tuvo su gracia observar a Ivan Díaz –cantante de The Thorpedians– junto a antiguos compañeros de The Cabrians con los que inició su –ya dilatada- carrera artística.

La tercera no es precisamente agradable. Sólo una mujer subió al escenario a lo largo de toda la noche. Noemí ‘Memi’ Sillah puso su potente voz al servicio del tema Pum Pum A Go Kill You, y lo hizo de forma brillante. Su voz, algo estridente, me evocó el mítico Time Will Tell de Millie Small, grabado en 1970 con los Pyramids (después Symarip) como backing band. La pregunta es obligada. ¿Por qué nunca hubo más mujeres en la escena?

El éxito del concierto puede llevarnos a cierta confusión acerca del estado de salud de la escena oldies jamaicana en Barcelona y en Catalunya.  Hoy día podemos encontrarnos ante la existencia de festivales con capacidad (financiera) suficiente como para programar a todas las viejas glorias que se resisten al plácido retiro artístico. Es legítimo. Además, parece que cuanto más numeroso sea el cartel más barato le sale a la promotora. Sin embargo, yo considero que consolidar una escena local tiene que ver con otras cosas. Hacen falta bandas y sounds (y las hay), sobre todo jóvenes. Y hace falta que estas bandas tengan donde tocar; eso ya no es tan fácil. Pero cuando consiguen un sitio donde actuar, también necesitan algo de público que las contemple y después pueda hablar de ellas a otras personas. Parecen cosas básicas pero vivimos sumidos en la ilusión de que todo está listo con caracterizarnos, afinar la dicción inglesa, grabarnos y hacer circular nuestros trabajos por YouTube.  En la época de y Skatalà nada de eso existía, quizá por eso todavía recordamos las letras de canciones. Hablaban de cosas con las que nos identificábamos. Y quizá precisamente por eso llenarán todas las salas donde decidan volver a honrarnos con su presencia… Hasta que alguien los sustituya, de verdad.

 

Isaac Arriaza

Fotografías: Sandra García

 

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